como sólo Cortázar sabía hacerlo!...

Tan faxil como Cortázar, tan disfaxil como las palaberantes que te enveluten en sentimentaloides, alcaloides, disfrazoides con movimientos oricitulares tanto que hasta con siento, ciento el alumus de tu ser que bronquia envelope mi korpus.

"Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia.
Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa.
¡Evohé! ¡Evohé!
Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias."
Cortázar, Julio. Rayuela. Capítulo 68.

Se busca...

Necesito una escalera para subir al mar!

Desvelo

Caminaba o vagaba entre las calles de una ciudad perdida, caminar sin rumbo era su mejor destino, lo hacia tratando de ver el alma de la gente que pasaba a su lado, para darse un poco de esperanza y confiar en que una de ellas sería la suya. Caminó y lo hizo con la seguridad de que no avanzaba.
Un día vio a un ser con la tristeza jamás sentida, quiso alcanzarlo, reconfortarlo, abrazarlo y platicar de la paz y de la inexistencia que reinaba su vida, lo siguió por varias calles antes de atreverse a hablarle, cuando estuvo a punto de tomarle la mano, cerró los ojos... volvió a dormir.

Rompiendo paradigmas!!

Que la memoria no sirva para recordar

mi taza se rompió

Que mis pasos no sirvan para seguir

que mi voz deje de gritar en silencio...

nunca es para siempre

Nuevos días

Nuevos días comienzan. Hay que empezar de cero una y otra vez cada día, para disfrutarlos, vivirlos como quien tiene la sensación de nacer de nuevo.


comienzo

El libro de mi vida se seguirá escribiendo, a veces con silencios a veces a gritos pero con la firme voluntad de no dejar espacio para el hubiera que nunca será…